De la educación se habla con frecuencia, se le
alaba, se le critica, se le pide, se espera mucho de ella, se dice que es el
camino para superar todos los problemas sociales, se dice que los estudiantes
no quieren aprender, que los maestros son malos, que para el gobierno no es una
prioridad, que la escuela es aburrida, que las familias no hacen su tarea… Se
dice que…
Lo que se ha hecho hasta hoy en educación tiene
aciertos, muchos, pero también hay que evidenciar sus precariedades, sus malos
resultados, sus efectos dañinos.
El modelo de educación imperante sigue soportado en
el adiestramiento, en lo instrumental, en la competencia; además se le ha
integrado el Fordismo, que se expresa en estandarización, masificación y
productividad; buscando como fin lograr grandes volúmenes de sujetos con
información y un parecer similares, que puedan integrarse eficazmente al modelo
de producción y consumo que rige la sociedad.
La educación debe ser mucho más que formar
trabajadores calificados y adiestrados, que formar consumidores voraces y con
capacidad de compra; la educación debe mantener y animar el gusto humano por el
conocer, por el aprendizaje; hay que ayudar a los estudiantes a cultivarse y
desde ahí dejar brotar, dejar emerger… Dejarlos seguir sus caminos; a esta
sociedad del control y la productividad le asusta lo anterior … Se dirá que se
pierden tiempos, que se pierden recursos, que se pierden los muchachos; a este
decir no hay que temerle, por el contrario hay que rebatirlo.
La educación debe estar centrada
en el estudiante y no en el modelo de producción y consumo; además debe ser vivida desde el
respeto, la responsabilidad, el amor; frente a esto alguien puede decir:
“nuestro Plan Educativo Institucional está construido desde el Desarrollo
Humano”, pero este término o cualquier otro de moda, utilizado para nombrar un
plan educativo no logra la transformación; ésta sólo se da en la medida que lo
escrito sea consonante con el vivir de la comunidad educativa; y
desafortunadamente los espacios de educación, independiente de cómo se les
nomine, siguen animando a los chicos a la competencia, a la separación, a la
exclusión… y por tanto a lo inhumano y trágico que esto conlleva.
El sistema educativo hace parte del modelo social y
en esta sociedad lo preponderante es la acumulación de objetos y dinero, todo
se tasa en monedas; de allí se deriva que es recurrente escoger que estudiar
basándose en la paga que se recibirá cuando se ejerza, no importa que tan
interesante pueda serle a alguien lo aprendido, prima la recompensa financiera.
Al ser la educación uno de los hilos del tejido
social esta no puede ser criticada y mejorada observándola como unidad separada
del resto del vivir en sociedad, para modificar la educación hay que pasar
también por modificar nuestras expectativas como sociedad, nuestra manera de
ser humanos.
El camino hacia una educación que responda mejor a
nuestra necesidad de seguirnos humanizando, de ser felices, es un trayecto
exigente, difícil, las respuestas no son evidentes ni fáciles de aplicar; pero
es necesario abordarlo con seriedad, con rigor, con entereza. Hay que resolver
muchas preguntas, preguntas-camino, preguntas-tensión, preguntas-inicio; habrá
que seguir preguntando por ejemplo:
¿Cómo integrar la diversidad de individuos y
culturas con la necesidad de educación de la sociedad?
¿Cómo conciliar las necesidades e intereses de la
sociedad con lo que el estudiante desea y necesita aprender?
¿Cómo lograr que el centro sea el estudiante y no
el modelo de producción y consumo?
¿Cómo interesar a tantos estudiantes apáticos
frente a su educación?
¿Cómo lograr el trabajo disciplinado y riguroso de
la comunidad educativa (estudiantes, familias, profesores, administradores) en
un mundo que predica y practica el facilismo?
En estas y muchas otras preguntas hay gente
pensando y actuando: estudiantes, maestros, familias, gobiernos, industrias…
La película La Educación Prohibida es un buen
recurso para cultivar un ambiente de reflexión alrededor de lo tratado en este
artículo, en ella se visibilizan experiencias que se alejan del modelo
tradicional; individuos, sociedades y culturas están intentando otros caminos,
otro sentir, otro esperar, otro crear de la educación…Disfrute el tráiler y si lo cautiva: viva, piense, sienta, imagine alrededor de las propuestas-sueños de una película que se pregunta de manera profunda por nosotros, pero fundamentalmente por el mañana de todos. Tecnocont ltda.
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